miércoles, 29 de agosto de 2012

Mi historia en servilletas de papel

Siempre hay una primera vez para todo o eso dicen, y aquí me hallo, en un bar. Bebiéndome una cerveza y fumando un cigarrillo sola; a falta de compañía y de ganas de volver a casa. Escribiendo en servilletas y billetes de autobús redoblados que encontré en mi mochila.
Rodeada de conversaciones ajenas. Me siento una transeúnte extraña e invisible.
La gente tiene miedo. Miedo de todo y de la nada. La gente es extraña y habla de cosas que nunca les pasarán. Me miran escribir. Siento sus miradas clavadas en mi nuca y a mí no me importa nada.
Mi cigarrillo se consume rápidamente, el aire se lo fuma. A penas le quedan dos caladas.
Un vistazo a mi mesa, la luz de la farola se apaga. Y yo siento que esto es la vida; mientras irónicamente me suicido de forma prematura entre alcohol y nicotina.
Mi cerveza se ha acabado y mi cigarro se ha consumido.
Hablan de películas, hablan de cáncer y de revoluciones. Y todo al mismo tiempo. Mientras, yo sonrío sin saber qué voy a hacer ahora.
Esta noche no hay piedad, no queda compasión ni siquiera para mí misma. Esta noche de farolas apagadas y mecheros encendidos no se escribirán historias tristes ni nostálgicas. Esta noche envenenada de soledad elegida tan solo se escribirá esta... mi historia en servilletas de papel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario