domingo, 3 de marzo de 2013

Entre sábanas





Navego entre sábanas vacías como mi vida.
Desde que él no está he perdido el norte.
El viento sopla y me arrastra sin saber a dónde.

jueves, 28 de febrero de 2013

Torpe receta de la desilusión

Seis meses separados,
diferentes camas y labios recorridos sin sentido.
Llorar y reír tan solo pensando en ti.
Mirar cada día en la distancia todos y cada uno
de los horizontes que nos unen.
Perder la cuenta de los mensajes, cartas y llamadas
de las que, contestación no recibí.
Forzar torpes encuentros inconclusos
con el único objetivo de sentirte de nuevo.
Planear siempre cosas en mi mente
contigo, pero sin ti...
Levantarme cada día pensando
que pegarás en mi puerta
y todo volverá a ser como antes.
Que mi mayor miedo sea que digas
que no me amas rotunda y firmemente.

lunes, 18 de febrero de 2013

Cartas Prohibidas: El regreso a casa.

Al hotel de cuatro estrellas se le ha fundido una bombilla... y tú vuelves a hacer ese triste camino sola, de madrugada. Encogida bajo tu abrigo y con la nariz congelada por el paso del tiempo. Tan congelada que ya ni la sientes. Lo miras, recuerdas. Y vuelves casi instintivamente sobre tus pasos para tomar una fotografía del momento. ¿Tiene gracia, verdad?  La misma cámara que nos pasábamos para tener recuerdos del único día que he pasado en un hotel... La única vez que vi aquel jardín.
Estaba tan cansada aquella noche que el vino me dejó dormida a pesar de que era lo último que quería hacer...
Las expectativas no se cumplen. 
Me miro al espejo y no me reconozco. La comisura de mis labios se ha torcido hacia abajo sin que yo pudiera evitarlo. Casi sin darme cuenta, la felicidad emigró como golondrinas en primavera, que a nadie piden permiso para volar.

Sigo caminando. Cada paso, cada rincón sobre el que pongo la vista me susurra una palabra y proyecta en mi mente diapositivas del ayer.

Engañarme a mí misma para poder engañarte a ti no fue una buena idea... Callar y negar fueron las premisas de mi desdichado destino. 

He llegado a casa. Es tarde y estoy helada. Reina el desapacible silencio, quizás el maullido de algún gato impertinente se atreve a romper a lo lejos la monotonía de ausencia... pero la cama está vacía sin tu olor y nuestras fotos en la pared no son más que la metadona de esta enfermiza drogadicción.
Entonces, releo tus breves palabras, preguntándote sobre qué hacer con tus recuerdos... Y pienso: yo vivo de recuerdos. Me alimento únicamente de la esperanza. Una esperanza tan fina como un hilo, meramente justificada por mi obstinada intuición. Me sentía de repente la protagonista de aquella película de Jean-Pierre Jeunet, estaba convencida de que si ese hilo no me llevaba en algún momento hasta mi amor... no importaba, siempre podría ahorcarme con él.

martes, 15 de enero de 2013

La Realidad de la Ley Innata

Acostumbrada a escapar siempre de la realidad perdí el sentido del camino y envejecí cien años más de tanto andar perdida.
Y rebusco en mi memoria el rincón donde perdí la razón.
Y la encuentro donde se me perdió, cuando dijiste que no. 

Buscando mi destino, viviendo en diferido. Sin ser ni oír ni dar.
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo y así sintonizar

viernes, 4 de enero de 2013

miércoles, 2 de enero de 2013

La realidad ahogada


Meses perdiendo la cabeza, intentando arreglar mi vida sin ti a mi lado. Queriendo decir cosas que no debería. Alguna vez lo hice, y negué mis palabras de noches de embriagadez, mis lágrimas y mis sentimientos. Permanecí viviendo mentiras que quería creer. Deseaba que encontrases a alguien que no te hiciese daño como yo, pensaba que no era suficiente para ti, y quise alejarte de mí por ese motivo. Puedes llegar a odiar lo que deseas cuando se cumple... Meses comparando acciones, besos, miradas. Odiándome por ello, por todo lo contradictorio de mi vida; caminando con el teléfono en la mano mirando tu número sin atreverme a marcarlo. Sin decirte ni una vez las cosas que sentía ni que pensaba. Ahora que nada importa y soy incapaz de interferir en tus te quiero hacia otra persona, ahora que caminas de su mano y que no importa lo que haga o diga porque no existo en tu corazón y que tus estrellas no tienen mi nombre... Ahora puedo decirte que nunca he quitado esas fotos de mi pared, ni he tirado las flores de papel ni los sueños rotos a tu lado. No he parado de escuchar Soja ni de mirar tu blog, tu facebook y todas nuestras fotos y mensajes cada noche en mi cama antes de dormirme con el móvil en la mano.
Todo se mezcla en mi mente y pierdo la cabeza pensando en ti... Y en si sería capaz de explicarte todo esto, todo lo que no está escrito aquí y llevo sintiendo pero... ¿de qué me serviría si ya no sientes nada por mí? Si te he perdido y lo único que me siento capaz de hacer es el ridículo... Y mientras tanto, yo sigo perdiendo mi cabeza, sin ti.