Acostumbrada a escapar siempre de la realidad perdí el sentido del camino y envejecí cien años más de tanto andar perdida.
Y rebusco en mi memoria el rincón donde perdí la razón.
Y la encuentro donde se me perdió, cuando dijiste que no.
Buscando mi destino, viviendo en diferido. Sin ser ni oír ni dar.
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo y así sintonizar
No hay comentarios:
Publicar un comentario