martes, 3 de abril de 2012

Conversaciones contigo, pero sin ti: Seamos realistas, pidamos lo imposible.

Si apuntas a un objetivo bajo, no conseguiras nada. Aspira todo lo alto que puedas, piensa, pide lo imposible, sueña. Sueña siempre...

Al fin y al cabo, parecía imposible que me enamorase de ti... Y aquí estoy. Complicándome la vida una vez más. Diciendo palabras como "cariño", "cielo" y mil cosas así.
La tarde del domingo te dije te quiero por primera vez... llevaba mucho tiempo pensándolo, ¿sabes? Cada día que te veía sentía más y más ganas de decírtelo, sentía verdaderamente aquello a lo que yo llamo "el impulso"... Una tentación irresistible de hacer algo, con todas tus fuerzas, con la pasión de la vida.
Ya no sabía como reprimir el impulso ni un minuto más y entonces, en la semioscuridad de la habitación, mis ojos se toparon con los tuyos y temblando por dentro, mis sentimientos por ti estallaron en dos palabras.

Realmente me gustaría no tener que controlar mis sentimientos nunca.
Cuando quieres a alguien como yo quiero, el amor se convierte en la mayor fuente de felicidad, de satisfacción... al mismo tiempo que es la potencia mayor de sufrimiento y tristeza. Estas son las consecuencias de las pasiones, de las implicaciones sentimentales sin las cuales no puedo vivir.
La confianza es la clave de toda relación de cualquier índole, eso está claro.

A veces pienso en lo diferentes que somos... a veces, me quedo callada con la mirada perdida, y me voy muy lejos, me envuelvo en mis pensamientos. Y soy un cuerpo ausente y distante que tu voz al llamarme, rescata de un profundo ensueño. Otras veces sencillamente, me limito a mirarte y la chispa de tus ojos enciende la mecha de mi sonrisa. Y en ese efímero instante soy infinitamente feliz... La magia de la química es algo sorprendente.
Después están esos momentos en los que, tras una larga meditación, decido escribirte algo bonito de madrugada, y luego me arrepiento porque nadie me contesta. Entonces pienso que me estoy equivocando. Un pequeño gesto de amor, se convierte en dolor, y los sentimientos se retraen en consecuencia.
 Mis sentimientos son como un río repleto de agua que quiere fluir montaña abajo, en cuyo cauce se van depositando piedras que dificultan el paso del agua.

Y luego están esos momentos, en los que te beso, me besas... nos besamos. Cierro los ojos y me dejo llevar. Y cuando los abro y veo la expresión de tu cara, siento que no existen dudas, diferencias ni problemas entre nosotros que no puedan arreglarse con un beso y una caricia... Cuando abro los ojos, quiero quedarme a tu lado, escuchando los latidos de tu corazón y sientiendo tu respiración, que me abreces y que este sentimiento llamado amor, que impone el caos en mi vida, no tenga fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario